miércoles, 12 de diciembre de 2007

Testimonio de Miembro del Gobierno de Bush Demuestra Complicidad Oficial en el 11-S


La historia oficial del 11-S se puede resumir así: nadie supo nada a tiempo para hacer nada para impedir o minimizar los ataques.

Pero eso no es así. Testimonio ante la comisión oficial de investigación del 11-S por parte del Secretario de Transporte (o sea, un integrante del gobierno de Bush) Norman Mineta, muestra claramente que el Vice-Presidente Richard Cheney dio órdenes precisas referentes al vuelo 77, que supuestamente impactó contra el Pentágono.

La cuestión en el aire es, ¿cuáles fueron esas órdenes? Y, correlativamente, ¿por qué no quiso la comisión oficial aclarar la naturaleza de esas órdenes?

Según su testimonio, Mineta había llegado al centro de operaciones debajo de la Casa Blanca a las 9.20, cuando todo el mundo sabía que EE.UU. estaba bajo ataque.

Mineta responde a una pregunta de la comisión sobre la situación en el PEOC (Presidential Emergency Operating Center). Describe una conversación entre Cheney y un joven sobre las 9.25:

"Cuando venía el avión hacia el Pentágono, vino un joven y le dijo al Vice-Presidente "el avión está a 50 millas, está a 30 millas," y cuando estaba a 10 millas, el joven también dijo, "¿Siguen siendo válidas las órdenes?, señor," y el Vice-Presiente volvió la cabeza y dijo: "Claro que siguen siendo válidas. Has oido otra cosa?"

Se puede ver el testimonio de Mineta aquí




Le preguntan a Mineta de cuál vuela se trataba, y dice que era el vuelo 77, que se estrellaría contra el Pentagono a las 9.37. Y los miembros de la comisión intentan obligar a Mineta decir que había ya ordenes de derribar los aviones, pero Mineta no muerde el anzuelo, y además sabemos que no existen ordenes de derribar a los aviones secuestrados.

¿Cuales fueron las órdenes de Cheney?

Hay que precisar que la versión de Mineta, que es testigo de la presencia y posición de mando de Cheney en el centro de operaciones ya a las 9.20, es respaldada por otros testigos: Richard Clarke, el coordinador antiterrorista de la Casa Blanca, el fotógrafo oficial de la Casa Blanca, y el propio Cheney, quien dijo tras el 11-S que los servicios secretos se lo llevaron justo después del impacto del segundo avión.

En su informe final, sin embargo, la comisión oficial omite y contradice el testimonio de Mineta y, además, asevera que Cheney no llegaría al centro de operaciones hasta 40 minutos mas tarde, en contra de todas las informaciones disponibles hasta hoy día. O sea, hemos de entender que la conversación entre Cheney y el joven simplemente no ocurrió, y no pudo haber ocurrido.
Sin duda, Cheney dio órdenes de NO DEFENDER el Pentágono contra el avión, pues de otra forma la pregunta del joven no tendría sentido en una situación en que todos sabían que EE.UU. estaba bajo ataque. Y el encubrimiento por parte de la comisión - que altera la cronología a su antojo para no verse obligado a hacer preguntas incomodas - confirma la complicidad oficial del gobierno de EE.UU. en los ataques terroristas, pues el régimen de Bush necesitaba una conmoción nacional para poder llevar a cabo sus planes de guerra.

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